
Me gusta mi vida porque mi forma de ser es auténtica y no necesito aparentar lo que no soy para gustar a todo el mundo. Hace tiempo que practico el valor de la dignidad personal, no soy esclavo de nadie, y no necesito aprobaciones ajenas para ser feliz. Es vital que lleguemos a esta conclusión lo antes posible en nuestro ciclo vital. Es un aspecto que todo adolescente debería asumir, y que toda persona debería practicar para alcanzar una adecuado equilibrio interior y un bienestar emocional.
Sabemos que no siempre es fácil actuar de este modo. En nuestro interior, tenemos la sensación de que si no gustamos a todo el mundo no seremos aceptados. No obstante, la vida no se construye con la necesitad de tener que gustarle a todos, basta con que creamos en nosotros mismos y dejar las criticas a u lado!

Uno siente la necesidad de gustar a la familia de nuestras parejas, de llevarnos bien con los amigos, de encajar con todos nuestros compañeros de trabajo y las personas que forman parte de nuestros círculos sociales. Ahora bien, lo primero que todas las personas deberíamos tener en cuenta, es que es imposible gustar a todo el mundo. Cada persona es única, todos disponemos de nuestra forma de ser, de ver el mundo, de vivir la vida.

Si no te gusto, al menos acéptame,
respétame. Lo
más probable es que exista algún aspecto de mi que nos una, lo más probable es
que a pesar de nuestras diferencias, podamos enriquecernos de algún
modo. Y si esto no ocurre, tampoco pasará nada. Lo esencial, es
que nos aceptemos nosotros mismos: el amor propio es una relación que debe
durar toda la vida.
A perro trais el oknitrixs
ResponderBorrarEl bebote 👍🏼
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